Romy Schneider en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima

Hoy recordaremos a la actriz que puso cara a Isabel De Baviera, por suerte para Isabel de Baviera, que no era fea pero tampoco tenía la cara de Rosemarie Magdalena Albach, que es como le dicen al papel de aluminio en Alemania. La pequeña Rosemarie nació en Viena el 23 de septiembre de 1938. Hija de un actor de teatro alemán y una actriz de cine austríaca, la niña veía menos a sus padres que Marco. Como el matrimonio estaba más desgastao que los frenos del coche de James Dean decidieron solucionar su malestar conyugal trayendo al mundo en 1941 al hermano de Romy, el pequeño Wolf. Pero ocurrió algo que no ha pasado nunca: no funcionó y cuando Romy tenía 8 años el padre se fue con la actriz alemana Trude Marlen con quien tuvo otra hija, porque este hombre solucionaba las crisis matrimoniales como Rocco Siffredi en un día de trabajo. A los 10 años Romy acabó bordando y haciendo huesos de santo en un internado de monjas que es como se hacen a las artistas atormentadas. A Romy la visitaban menos que al abuelo de Heydi, así que ella pasaba las horas soñando con actuar algún día con su actor favorito: Orson Welles. Cuando acaba la EGB vuelve a casa y se encuentra que le han quitado del cuarto el poster del Fary y que su madre se ha casado con un Florentino Fernández. Pa no pasar mucho tiempo en su casa se apunta a la escuela de Bellas Artes pa pintá y hacer esculturas de papel maché. Cómo su madre iba a rodar la película “Lilas Blancas” y estaban buscando una actriz que hiciera de su hija, Magda la enchufa pa poder quitarla de las extraescolares de las 16:00. A partir de entonces empiezan a recibir llamadas pa trabjá que el móvil parecía una teléfono de Matrix, pero su madre se encargaría de elegir las películas, cuánto más ñoñas, mejor, que tú te pones a pensar en Romy Schneider y no te la imaginas chupando un calippo. En 1955 protagoniza su primera película como Sisí, personaje que la llevaría a la fama y por el que sería recordada. En esta época Romy parecía la muñeca de porcelana que tu madre tenía sentá en el mueble de caoba del salón. En 1958 fue adaptada la película más relevante de su madre, “Amoríos”, la cual fue protagonizada por Romy que al ser ya una celebridad tenía ciertos privilegios como pedir que el rollo de papel higiénico lo pusieran en su correcta posición, con el papel colgando POR LA PAR-TE EX-TE-RIOR o elegir a su compañero de reparto. El director le enseñó algunas fotos y Romy que era un poco Tamara Falcó pero no era ciega, eligió a Alain Delon. Al principio no congeniaron muy bien porque ella hablaba poco y mal francés y él ni papa de alemán, pero por lo visto ella le cogió el truco al francés y se acabaron enamorando. La madre, que parecía Rosa Villacastín, le dijo que sí pero que se tenían que prometer. En 1961 la llama desde Estados Unidos Orson Welles para filmar El proceso y antes de colgar ya había reservado el vuelo con Ryanair y el hotel con Booking. Al volver a casa en 1963 se encontró un ramo de rosas en la cama y un post-it con la fecha de la boda entre Alan Delon y una chavala que le había dicho que tomaba la píldora pero no. Esto le sentó a Romy con un kebab pa desayuná, pero decidió seguir siendo su amiga porque Delon era mu guapo y porque hay que tener amigos hasta en el infierno. En 1965, cuando la carrera de Romy empieza a tambalearse un poquito, Delon la llama para hacer “La Piscina” en la que él era protagonista pa compensá lo del post-it. Ese mismo año conoce en la inauguración de un restaurante al que sería su primer marido, Harry Meyen con quién se casaría en 1966. De este matrimonio que duró 9 años nació su primer hijo David, por quién su madre renunció a la mitad de su patrimonio para obtener su custodia, porque se ve que a Harry lo que más le importaba era su niño. También hay que decir que Harry se quedó un poquito pillao porque los nazis le hicieron bullying y le daba fuerte y flojo al Licor 43 con piña. La bellísima Romy estaba triste pero más triste es que se estropee la lavadora en mitad de un puente así que ella siguió trabajando y ese mismo año en el rodaje de “El Viejo Fusil” conoció a quien se convertiría en 1975 en su segundo marido y padre de su hija Sarah, Daniel Biasini. En 1979, a su ex-marido Harry le dolía la garganta y er tío se lo quitó con una bufanda blanca, una viga larga y una silla alta. A partir de entonces Romy se bebió tó lo que dejó de beberse el otro. Y claro, su segundo marido le dijo que entendía que estuviera triste pero que más triste era que llevara dos maridos llamándolos Alain. A los 43 años, un bomboncito, vamos, conoció a un joven productor que la cuidaba en las noches de borrachera e insomnio hasta que se rompió un pie, la operaron de un riñón y Delon la avisó en 1981 que su hijo David ya no iba a hacer más Parkour. Desgraciadamente, el 29 de mayo de 1982, nuestra querida Sisí Emperatriz nos dejaba a esos 43 años de edad pero ustedes siempre podrán recordarla cada vez que vean un poster del Fary o alguien se pida un Licor 43 con piña.